En nuestro centro educativo, la música se ha convertido en una herramienta clave para favorecer el desarrollo emocional, la comunicación y la interacción social del alumnado.
A través de diferentes propuestas musicales, como sesiones rítmicas, juegos sonoros y actividades de expresión corporal, hemos observado cómo los estudiantes conectan, disfrutan y participan de forma activa en su proceso de aprendizaje.
El lenguaje musical trasciende las palabras y permite a cada alumno y alumna expresarse, respetando sus tiempos e intereses. Las actividades musicales favorecen la atención, la relajación y la convivencia, generando un entorno seguro donde todos y todas pueden sentirse escuchados.
En nuestras aulas, la música suena para crear, compartir y crecer juntos. Una melodía puede ser el inicio de una mirada, de una sonrisa, de un momento compartido que fortalece vínculos y abre nuevas posibilidades de aprendizaje.
Seguiremos apostando por propuestas creativas que pongan en valor la diversidad y promuevan una escuela más inclusiva, donde cada nota cuente.
Historias que se crean desde el alma en una escuela que cree en el poder de sentir y aprender juntos.




