El día 11 de abril durante la noche viajamos en un autobús que nos llevó a Barcelona. Llegamos allí cansados, porque la verdad no habíamos dormido mucho por la noche ya que estábamos emocionados por el viaje y estuvimos hablando durante todo el trayecto. Cuando entramos en el crucero nuestras caras no podían reflejar mayor asombro al ver lo bonito que era y lo ansiosos que estábamos todos por recorrerlo y comenzar el viaje.
Fue el mejor viaje de nuestras vidas, es imposible resumirlo todo en unas cuantas líneas, pero es la mejor experiencia que hemos vivido juntos, nos ayudó a unirnos más y a entendernos mejor; sin embargo, también sabíamos lo que significaba, el final de una etapa, el último viaje en el que estaríamos todos juntos, pero también una experiencia que por mucho tiempo que pase y por muy lejos que estemos nunca olvidaremos y eso implica, a su vez…¡no olvidarnos!