Nuestros alumnos acuden semanalmente al pabellón del cole, un espacio donde comparten momentos muy especiales y a la vez potencian su desarrollo físico, afectivo, social e intelectual.
Cada instante allí es una aventura, nos encanta ir y hacer uso de los materiales con los que ponemos en marcha nuestra psicomotricidad a través del movimiento y las relaciones en el espacio. Constantemente experimentan sus capacidades, controlan y coordinan los movimientos, saltan, trepan, arrastran, practican deportes con y sin pelota, construyen diversas cosas con gran significado para ellos, realizan circuitos, reconocen sus emociones y las de los demás y aprenden de ellas, cumplen las normas que ellos mismos han creado para un buen funcionamiento, etc.
De esta manera, adquieren consciencia y dominio de su cuerpo y favorecen el control y el tono muscular, su lateralidad, su equilibrio, su coordinación y orientación, sus relaciones y su propia autoestima. Ellos mismos se ponen sus propias metas y van descubriendo lo que son capaces de hacer y sus gustos, cada día se van superando, primero hacían ejercicios más sencillos y poco a poco han ido descubriéndose a sí mismos lo que les ha llevado a ir introduciendo progresivamente ejercicios motrices más complicados.
Dejar que los niños y niñas ejerzan sus habilidades motoras y psicológicas es muy importante para el desarrollo infantil; el ejercicio de su expresión a través del movimiento es una forma de comunicarse y también de relacionarse.
¡Sigamos deleitándonos con el juego y con el movimiento!
A continuación, os dejamos fotografías de algunos de nuestros momentos.