Si no podemos ir a la selva… ¡Sorpresa! La selva se traslada a nuestro cole. Y así fue, los niños de maternal dos años, quedaron asombrados ante un auténtico “minimundo salvaje”.
Vegetación, arena, palitos, piedras, animales…..cualquier elemento alimentaba nuestros sentidos para trasladarnos a la jungla. A través del juego libre, hicimos volar nuestra imaginación, convertimos en real lo que se cuece en nuestras cabecitas y creamos historias: hipopótamos que se refrescan en el agua, leones y cebras que corren por la arena, jirafas que comen hojas, monos que se esconden entre las hojas, tronquitos que se convierten en torres….. Y de esta forma mágica, nuestr@s peques empiezan a entender el mundo a su manera.
Lo más maravilloso de los minimundos no es el resultado, si no todo lo que ocurre mientras se crean, pues no cabe duda, que el juego nos ofrece posibilidades infinitas de aprendizaje.
Y en este minimundo hemos aprendido y nos hemos divertido “salvajemente”.
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