Esta semana ha sido un verdadero festín de risas, aprendizaje y creatividad.
Uno de los momentos más destacados de esta experiencia ha sido la lección sobre las tortugas marinas. Los pequeños aprendieron sobre la importancia de cuidar a estos maravillosos animales y su hábitat. Con gran atención, escucharon cómo las tortugas enfrentan desafíos en el océano y cómo cada uno de nosotros puede ayudar a protegerlas. Para poner en práctica lo aprendido, los niños se embarcaron en una actividad creativa: ¡la creación de una tortuga marina!
Además, han creado collares de diferentes formas. Con la arcilla y mucha imaginación, diseñaron sus collares, recordando siempre que en la playa no se deben recoger las conchas, sino proteger el hogar de las criaturas marinas.
Las actividades no se detuvieron ahí. Cada día, los pequeños se zambullían en la piscina, donde las risas y los chapoteos llenaban el aire. Seguían aprendiendo a nadar y a jugar en el agua, disfrutando del calor del verano y fortaleciendo la amistad entre ellos. Además, se dedicaron a repasar los libros de actividades que, con mucho esfuerzo y dedicación, casi logran terminar. Cada página era una nueva aventura, llena de juegos, dibujos y desafíos que fomentaron su creatividad y habilidades.
Pero lo más importante de todo fue el tiempo que pasaron juntos. Jugar, reír y compartir momentos únicos se convirtieron en la esencia de esta escuela de verano. Los niños formaron lazos de amistad que seguramente recordarán por mucho tiempo, creando recuerdos que atesorarán en sus corazones.
En resumen, esta semana ha sido un espacio donde la diversión y el aprendizaje se entrelazaron de manera mágica. Los pequeños no solo se llevaron consigo conocimientos valiosos sobre la naturaleza y la importancia de cuidar nuestro planeta, sino también un sinfín de sonrisas y momentos felices.
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