¨De 20 a 32¨, ha sido un proyecto de Inspira, en el cual, hemos aprendido muchas cosas acerca de la boca y de los dientes, pero, sobre todo, de lo importante que es su cuidado.
A lo largo de todo este proceso de descubrimiento y aprendizaje, nos hemos convertido en verdaderos detectives de nuestra boca y de las de nuestros compañeros de clase. Nos hemos fijado en qué tenemos dentro de la boca y por qué, cómo es nuestra lengua, nuestra dentadura y qué cambios experimenta desde que nacemos hasta que nos hacemos adultos.
Nacemos sin dientes, el primero nos sale alrededor de los 6 meses y no dejan de salir hasta los 3 años, pero se les llama “dientes de leche” porque cuando cumplimos 5 o 6 años, comienzan a caer porque son empujados por los dientes definitivos que están debajo de estos, llegando a tener de mayor, ocho dientes más.
Observando los dientes de nuestros compañeros, nos hemos dado cuenta que no todos los dientes son iguales, que hay varios tipos con diferente nombre y distinta función como, por ejemplo: los incisivos sirven para cortar, los caninos para desgarrar, … los alimentos que comemos.
También, a través de imágenes, vídeos, … hemos podido ver cómo son las bocas de algunos animales: si tienen o no tienen dientes, si son grandes o pequeños, …
Pero, una de las actividades que más nos ha gustado, ha sido experimentar con los diferentes sabores. Para ello, probamos diferentes alimentos y texturas como: el limón (ácido), patatas fritas (salado), galletas (dulce), …y hemos aprendido que en la lengua hay cinco zonas dónde se detectan cada uno de ellos, gracias a unos grandes receptores como son “las papilas gustativas”.
Lo más importante de este proyecto trabajado es, que para tener una boca (dientes, encías, …) sana y fuerte hemos de cuidarla mucho, teniendo una buena alimentación y cepillando los dientes, después de cada comida. A través de un experimento que hicimos en clase, comprobamos lo perjudicial que puede ser el azúcar para nuestros dientes si lo consumimos en exceso. Pusimos un huevo blanco en agua y otro huevo blanco en Coca-Cola (simulando los dientes). Pasados unos días, extrajimos los huevos de los diferentes líquidos y pudimos observar que el huevo sumergido en agua, había conservado su color y el huevo sumergido en Coca-Cola, estaba manchado de marrón, debido a la presencia de azucares y gaseosa.
Desde aquí “papis y mamis”, os queremos dar las gracias por vuestra colaboración y ayuda en los trabajos realizados y deciros que nos encanta que nos acompañéis en nuestro aprendizaje.